Y no es que eche de menos la rigidez de los roles, pero reconozco que hay ciertas cosas que me desagradan.
Cándido criticaba las despedidas de soltera; ese tropel de gatas desatadas, capaces de asustar hasta a las mismas fuerzas del orden. Yo le decía, que esa misma actitud de al ataque, la venimos sufriendo sistemáticamente las mujeres, con o sin despedida mediante.
Yo opino que todo es una cuestión de respeto. Hemos perdido ese valor, como muchos otros. No importa quién entre a quién. Si a una mujer le atrae un hombre, me parece absolutamente normal que sea ella quien tome la iniciativa o viceversa. Tampoco cuestiono la promiscuidad, cada cual es muy libre y me parece perfecto. Lo que no entenderé jamás es esa falta de criterio, el sí porque sí, el aquí te pillo porque toca, porque es sábado sabadete y porque así valgo más frente a mis amigas o mis colegas. La falta de formas, la vacuidad, el chabacanismo, ese me da igual lo que tengo en frente me asquea.
Supongo que es una opción personal, pero no dejo de pensar que todo esto simplemente traduce soledad. Una soledad disimulada bajo Relaciones Express. Los jóvenes aplacan sus hormonas, los maduros camuflan frustración con maquillaje de modernismo y pretenden vivir de nuevo esa juventud que se les escapa.
Y yo, desde mi tejado, pienso que descubrir a una persona es explorar un universo, y que con toda esa interacción soluble como el café instantáneo, apenas se roza la superficie. Una lástima tanta estrella fugaz-gatas o perros- perdidas en el cielo.
Miau
2 comentarios:
No me hagas la pelota. No voy a cambiarte la escoba, las Nimbus valen una pasta, y ya no estas para paseos nocturnos.Quieta en el tejado, y mira que bonita esta la luna.
Guau
Pelota? jejejej qué predecible que eres perrito. Simplemente me adelanté a tu contestación.
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