miércoles, 29 de abril de 2009

La Jauría

No entiendo esa manía de muchos hombres de tirarte los trastos simplemente porque te tienen en frente. Y no importa cómo seas, da igual si le agradas o no; eres mujer y eso es suficiente razón.
Y de ejemplo un botón; mi compañero en uno de mis centros. Felizmente casado, con dos bombones de hijas; y en cuanto se toma una copa-es comercial-, se le ponen los ojos vidriosos, planta las orejas y empieza a babear enseñando colmillo.


-Me he tomado un gintonic y te voy a tirar los trastos; que lo sepas-me dice entrando por la puerta.
-Pues te llevarás una coz en la boca, que lo sepas también-bufo como un resorte.
-Contaba con ello-responde.
Y a otra cosa mariposa. En situación normal es un encanto de perrito, amigos se puede decir. Pero en cuanto le entra la euforia… se abrió la veda, y su instinto de caza no reconoce ni a su padre. Porque no creáis que sus gruñidos se los lleva esta gata en exclusiva, no; cualquier fémina que entre por su campo visual es susceptible de un aullido.
Y mucho peor es cuando van en manada. Tú estás tranquilamente tumbada en tu tejado, distraída con las pelusas que trae el viento; y de repente aparecen en el horizonte una jauría de perros hambrientos, a los que les da tres cuartos si eres solomillo o hamburguesa de McDonals.
Para que luego Cándido critique nuestra dieta. Donde se ponga el salmón…

2 comentarios:

Cándido Perro Verde dijo...

Gatita, gatita,normalmente solo los borrachos y los niños dicen la verdad.Y que sepas que tambien normalmente el que quiere comer es por que tiene hambre.
El pescado para los gatos.
Salmón? salmón es eso rosita, insipido, que traen de Noruega?
Ahora entiendo, ahora entiendo, con el frio que hace allí, por eso tienes siempre la cola que parece un témpano.

Felisa La Gata dijo...

No perrito, mi cola no es el témpano, sino el resto que la acompaña.
Y cuando tengan hmambre, que vayan al McDonals; ya sabes, mucho y barato.